Cómo construir relaciones satisfactorias

Sin duda las relaciones personales pueden ser una fuente de bienestar.  La primavera y el verano parecen ser estaciones más proclives a las nuevas relaciones y es entonces muchas personas están más receptivas al amor, el enamoramiento, la pasión, etc. Otras, sin embargo, se lamentan por no tener una relación o porque ésta sea insatisfactoria. Dicen tener mala suerte…

Hoy te invito a que te cuestiones si realmente es mala suerte o si puedes hacer algo para tener las relaciones que deseas. Y esta reflexión la puedes aplicar a tu relación de pareja, pero también al resto de ámbitos: familia, amigos, trabajo, y ante todo, a tu relación contigo mismo. Para estar bien en compañía conviene revisar primero cómo estás contigo mismo y desde dónde te acercas al otro.

El psicólogo humanista Abraham Maslow afirmaba que: “Nuestro bienestar, nuestra autorrealización, parte de tener relaciones significativas con nosotros mismos y con los demás”. Y por relaciones significativas podríamos entender aquellas que en las que sus miembros aportan, comparten, aprenden y en definitiva, crecen desde la igualdad y la libertad.

Por eso, te animo a una reflexión en 4 pasos:

1) ¡Descúbrete! En las sesiones de coaching así como en las charlas y talleres que imparto, siempre pregunto cuál es el fin último que guía las decisiones y comportamientos de mis clientes. Esto es: qué quieren realmente, qué pretenden conseguir y para qué quieren conseguirlo.

En el ámbito de las relaciones pasa igual, qué tipo de relaciones quieres y para qué orientará tu acción en una dirección u otra. Por ello, si aspiras a tener relaciones significativas empieza primero a conectar contigo mismo contestando estas preguntas:

  • ¿Qué es lo que más valoras de las personas con las que te relacionas (contigo, familia, amigos, pareja, etc.)?
  • ¿Qué aspectos de tus relaciones mejorarías (contigo, familia, amigos, pareja, etc.)?
  • ¿Qué obstáculos te dificultan tener el tipo de relación que deseas (contigo, familia, amigos, pareja, etc.)?
  • ¿Qué has hecho hasta ahora para tener el tipo de relaciones que quieres y con qué resultados?
  • ¿Qué vas a ofrecer tú en tus relaciones (contigo, familia, amigos, pareja, etc.)?
  • ¿Cuál es tu esencia, tu verdadero yo? ¿Estás dispuesto a mostrarte?
  • ¿Cuáles son los estados de plenitud que has vivido? ¿Qué hay de común en ellos?

Dedícate tiempo, las respuestas están en ti.

2) Cuídate primero para cuidar al otro después. No puedes dar aquello de lo que careces. Si pides a otros que te den lo que tú mismo te niegas, ¿desde dónde te relacionas? ¿Desde la libertad interior o desde la dependencia? El tipo de relaciones que vas a construir en ambos casos es muy diferente:

  • Si te relacionas desde la libertad interior, crearás relaciones responsables basadas en:
    • El autoconocimiento.
    • El amor propio (que no es lo mismo que egoísmo).
    • La capacidad para no poner en manos de otros tu bienestar.
  • Si te relacionas desde la dependencia, crearás relaciones desiguales basadas en:
    • La exigencia, pretendiendo que otros hagan por ti lo que tú estas dispuesto a hacer por ti mismo.
    • El victimismo y la manipulación, poniendo el foco siempre en el otro o en las circunstancias como causantes de tu estado emocional.

Para cuidarte a ti mismo:

  • Escucha tu cuerpo y escucha tus emociones porque tienen valiosos mensajes para ti. No evites las sensaciones negativas, no las tapes. Cuando aparezcan investiga qué hay detrás y toma decisiones con perspectiva. ¿Qué estímulo ha causado esa emoción? ¿Sabes identificar de qué emoción se trata?
  • Recurre a tus fuentes de energía y ¡cárgate! Haz más aquello que te hace feliz. Dibujar, comer un pincho de tortilla en tu bar  de siempre, correr por el campo, … lo que sea que te haga experimentar esos estados de plenitud de los que hablaba antes.
  • Simplifica tu vida. Evita compromisos por el qué dirán, deja de hacer lo que no te hace bien y ten siempre presente lo que has descubierto de ti en el punto 1: qué quieres y para qué lo quieres.

3) Descubre al otro. La misma apertura que has tenido para descubrirte a ti, aplícala al descubrimiento del otro. “Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos” decía Antoine de Saint-Exupery en “El Principito”.

  • Elige cómo quieres comunicarte: ¿desde tu esencia o bajo una máscara? Recuerda que desde dónde te relaciones provocará un resultado diferente: relaciones significativas vs relaciones instrumentales.
  • Muestra interés, escuchándole de forma activa y sin juicio. Permite que si quiere, pueda mostrarse a ti también desde su esencia.
  • Crea las condiciones para la comunicación: dedica tiempo y espacio porque la confianza es algo que se construye.

4) Mantén el equilibrio entre el dar y el recibir. En una relación significativa las personas que forman parte de ella están en condiciones de igualdad, dan y reciben. Si una da siempre y la otra recibe siempre, llega un momento en que los límites de una de ellas se sobrepasan, la relación deja de permitir el desarrollo de sus miembros y el equilibrio se rompe.

Cuando esto sucede, uno o todos los miembros se retiran. Pero ¡atención!, puede retirarse emocional y no físicamente. Una relación puede haber dejado de ser significativa, con miembros distanciados o que se relacionan desde la dependencia, pero que aun viven bajo la etiqueta social de relación (noviazgo, matrimonio, etc.). La comunicación desde la esencia surge entonces como una vía para intentar restaurar el equilibrio, buscando objetivos comunes y acuerdos para satisfacer las expectativas de todas las partes.

Como ves, hay mucho que tú puedes hacer para que tu relación de pareja sea significativa.  Y sin duda, lo que siempre está a tu alcance es el poder de decidir cómo quieres que sea tu vida.

“No se puede vivir para todo el mundo, sobre todo para aquellos con los cuales no se querría vivir”

(J.W. Von Goethe).

Coaching para el Cambio en Madrid

Estrés III: Estrategias para prevenir y combatir el estrés

En posts anteriores expliqué qué era el estrés y cómo había una respuesta adaptativa a situaciones estresantes y otra que no.

Para evitar que el estrés se te vaya de las manos, causándote problemas físicos, emocionales e incluso de relación con otros, he preparado un decálogo anti-estrés. Son 7 formas para prevenirlo o para combatirlo una vez que se haya instalado. Hablo solo de 7, pero en realidad hay muchas formas, muchos caminos para conseguir el equilibrio entre activación-descanso y para volver a la calma. Continuar leyendo

¡Deja tus pensamientos en casa! 5 técnicas para disfrutar plenamente estas vacaciones

¿Te ha pasado alguna vez que sabes que has vivido algo porque los amigos te lo cuentan o porque hay fotos que lo demuestran? Lugares o conversaciones de las que no te acuerdas, personas con las que has hablado y que ahora afirmas que son desconocidas, comidas que no sabes bien a lo que sabían… Si esto te sucede con frecuencia, ¿podrías decirme dónde estabas en cada instante?

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Cómo sobrevivir a la familia y los amigos en vacaciones

¡¡Ya llegaron las vacaciones!! ¡El momento más esperado ya está aquí, por fin!  Todo un año de madrugones, duro trabajo, atascos, reuniones, estrés, obligaciones, etc… Ahora es tiempo de descansar, desconectar y cambiar de aires.

Sin embargo, aunque eso es lo que la mayoría busca, la realidad puede ser muy distinta. La convivencia con la familia o con los amigos no es siempre tan agradable como quisiéramos y lo que anticipabas como un verano perfecto puede llegar a convertirse en el verano de “nunca más”: nunca más con estos amigos, nunca más con mis suegros, nunca más con mis cuñados, nunca más con mis sobrinos, nunca más a esta playa, nunca más en este hotel…

Si estas vacaciones te vas con la familia o amigos, y quieres sacar el máximo partido a tu tiempo de ocio y descanso, te propongo que reflexiones sobre estos 5 puntos:

1) Planificación y gestión de expectativas. ¿Cómo es para ti tu verano ideal? ¿Coinciden tus ideas con las de las personas con las que vas de vacaciones?
Pon tus ideas y las de tus acompañantes en común antes y durante el viaje para que todos podáis disfrutar de actividades en común o por separado que previamente hayan sido consensuadas. Así evitarás malos entendidos, y expresiones del tipo: “es que yo creía que…”. Cuanto más claros estén el plan de viaje, el reparto de roles (especialmente si se comparte casa y hay que hacer labores domésticas, o si uno conduce y los demás van de acompañantes), el aspecto económico, los horarios y estilo de vida durante los días de descanso, mucho mejor.

2) Comunicación. No des por supuesto nada. Háblalo todo antes y durante las vacaciones. Pregunta antes de opinar para conocer bien los hechos y si hay situaciones que no son de tu agrado, muestra cómo esa realidad te está afectando y pide desde el respeto un cambio a los acompañantes. Si no sabes bien cómo gestionar conversaciones tensas, puedes poner en práctica el modelo DEPA, que se refiere a:

  • D – DESCRIBIR: describe de manera clara la situación que quieres cambiar.
  • E- EXPRESAR: expresa en primera persona y sin acusar al otro cómo te sientes ante esa situación.
  • P- PEDIR: pide un cambio concreto en el comportamiento del otro.
  • A- AGRADECER: agradece al otro la atención que presta tu petición.

3) Flexibilidad, humor y perspectiva: ¿De verdad es tan importante eso que está generando malestar o conflicto con tu familia o amigos? ¿En qué medida te está impidiendo disfrutar de las vacaciones? Recuerda que no estás en tu casa (en tu zona de confort), que durante unos días estás viviendo una realidad diferente. Pues bien, saca de ella el máximo partido, ya volverás a tu casa, a tu rutina, a tus comidas, a tu cama… Antes de enfadarte o de iniciar una “batalla” piensa bien si te merece la pena.

4) Disfrutar del presente. ¡Aquí residen la verdadera desconexión y el verdadero descanso: en el presente! Conecta con lo que estás haciendo en cada momento, no anticipes la vuelta al trabajo, no pienses en lo que has dejado en la oficina. Si te vas de viaje pero tu mente sigue en anclada en los emails, los proyectos, las reuniones, la casa… ¿Crees en serio que vas a descansar?

En mis charlas y talleres sobre el estrés propongo como estrategia para prevenirlo “parar para reparar” TODOS LOS DÍAS, no únicamente en vacaciones. Y no me refiero solo a un parón físico, a dejar de HACER, sino a dejar de PENSAR en el pasado o anticipando problemas del futuro. Estar presentes en el presente e introducir pausas mentales (siesta, meditación, concentración en actividades placenteras, etc.) te harán sentir el verdadero descanso y aprovechar el tiempo vivido. Sócrates decía: “Los ratos de ocio son la mejor de todas las adquisiciones”.

5) Aceptación y responsabilidad. Aviones con retraso, maletas perdidas, robo de la cartera o el pasaporte, el niño que vomita en el coche durante el viaje, una intoxicación alimenticia… Hay muchas cosas que te pueden pasar estando de vacaciones y que se escapan a tu control. Que el enfado porque tus expectativas u objetivos no se cumplen no te impida sacarle partido a tu verano. Acepta cuanto antes aquello que no puedes cambiar y focalízate en lo que sí, busca soluciones. Verás como si tú quieres, con un cambio en tu forma de pensar, hay alternativas que te permitirán seguir disfrutando de este presente. Responsabilízate de tus pensamientos y emociones, que no sean ellos los que te amarguen el viaje.

Las vacaciones con familia o amigos pueden ser muy  gratificantes. Recuérdate por qué querías ir con ellos, agradece su compañía y su cariño, refuerza lazos con ellos, aprovecha para conocerles mejor y para dejarles que te conozcan, comparte con ellos y disfruta que ellos también quieran compartir contigo. ¿No era acaso así tu verano ideal?

 

Coaching para el Cambio en Madrid

No tienes un cuerpo, eres un cuerpo

Es frecuente dar por hecho que el cuerpo, ese espacio donde habitamos, nuestro verdadero HOGAR, es una máquina perfecta que nos va a permitir llegar a donde queremos, relacionarnos como queremos, hacer lo que queremos y cuando lo queremos. La mente manda y los órganos obedecen.  Pero, ¿es realmente así?

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Estrés II: Estrés positivo, ¿cómo es posible?

Una vez que ya sabemos qué es estrés y qué  lo diferencia de la ansiedad, en este post hablaré de las dos caras del estrés.

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Estrés I: ¿Qué es realmente esto que siento?

Estrés, ansiedad, angustia,… Es frecuente que en nuestro día a día utilicemos cualquiera de estos términos indistintamente para referirnos al malestar emocional y físico que experimentamos ante situaciones reales o imaginarias que interpretamos de riesgo hacia nuestra salud (mental, emocional, física) o hacia nuestros objetivos.

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