Estrés II: Estrés positivo, ¿cómo es posible?

Una vez que ya sabemos qué es estrés y qué  lo diferencia de la ansiedad, en este post hablaré de las dos caras del estrés.

Como proceso de adaptación que es, el estrés puede ser agradable o positivo (eustress) cuando genera una cierta sensación de reto y placer,  o desagradable o negativo (distress) cuando genera malestar.  Es positivo si quien que lo experimenta siente un cierto grado de control sobre el proceso ya que la exigencia o estresor es predecible o incluso es buscado por la persona. Es negativo si ocurre todo lo contrario.

El estrés positivo nos hace más productivos, eficaces e incluso creativos. Nuestro cuerpo entero se prepara para dar lo mejor de sí. Quizá te haya pasado que un día en la oficina en vez de tener 5 tareas en tu agenda tienes 10 que has de terminar ese mismo día. Y esta demanda hace que justo ese día estés más concentrado, tengas menos hambre, priorices mejor, no te apegues a las distracciones y cumplas con el objetivo de las 10 tareas. Lo has dado todo gracias al estrés positivo. La valoración del hecho como un reto (“yo puedo”), la emoción de confianza y una activación completa a nivel biológico (sistemas nervioso, endocrino, respiratorio, etc.) han sido tus aliados para conseguirlo.

Si el estrés negativo viene de un hecho traumático o de una situación donde la demanda de adaptación se mantiene en el tiempo, sin descanso, provocando tareas superiores a las capacidades propias (ya no es un reto sino una de amenaza) y el cuerpo entra en una fase de agotamiento. Es entonces cuando el estrés muestra su peor cara; nos sentimos lentos, agotados y carentes de energía. Enfermamos a nivel mental, emocional y físico. Incluso nuestra vida social puede verse afectada.

Estres_positivo

 

¿Qué hace que pasemos del estrés positivo al negativo, del reto a la amenaza? ¿Qué alternativas hay para minimizar las consecuencias de estrés negativo? ¿Es posible aprender a gestionar el estrés para vivir de forma saludable? Todo esto lo explicaré en futuros posts, pero adelanto 5 formas para combatir el estrés negativo que son las líneas de actuación básicas en mis formaciones y procesos de coaching:

  • Comunicar lo que sucede y apoyarnos en otros. El afecto y la empatía del entorno potenciarán tu imagen personal y generan emociones positivas que amplíarán tu campo de acciones posibles.  ¿En qué medida tienes el soporte de otros? ¿Compartes lo que sientes?
  • Reinterpretar la realidad, poniendo el foco de atención no en el problema sino en la búsqueda de soluciones. En coaching hago preguntas del tipo:
    • ¿Qué puedes aprender de lo sucedido?
    • ¿Qué opciones se te ocurren para salir adelante?
    • ¿Qué recursos y habilidades tienes para hacer frente a esta situación?
  • Desarrollar hábitos saludables: dieta rica en nutrientes, horas de sueño suficientes y ejercicio físico.
  • Dedicar tiempo a esas actividades placenteras, que se nos dan bien, que nos aportan energía y con las que tienes sensación de fluir .
  • Cuando la activación (palpitaciones, sudoración, dificultades para respirar, etc.) a nivel físico es muy grande, practicar técnicas de relajación

Sin duda hay mucho que sí podemos hacer para gestionar el estrés. ¿Quieres aprender? En siguientes posts te explico cómo.

 

Coaching para el Cambio en Madrid

 

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