El rol de padres es complejo y de una gran responsabilidad pues implica ser cuidador, educador, enfermero, entrenador, profesor, cocinero, y mucho más. No existen fórmulas mágicas para ser padre o madre. En ocasiones tendemos a creer que el AMOR hacia los hijos será suficiente para que crezcan felices, pero la experiencia de muchos padres que viven procesos coaching conmigo me demuestra que no lo es.
Por eso, hoy recojo unas cuantas reglas básicas para conseguir que tus hijos crezcan sanos, felices, y con la estabilidad necesaria para su completo desarrollo mental, emocional y físico. Espero que te sirvan de guía:
1) Educa en valores y estable límites. Los niños necesitan marcos de referencia a los que atenerse. Ellos quieren padres que sean eso, padres y referentes. Ya tienes profesores en la escuela, amigos en el barrio, entrenadores en su deporte favorito, etc. Tú eres eso, y mucho más.
2) Predica con el ejemplo y no te contradigas, de esta forma mantendrás tu credibilidad y serás respetado. Las palabras se las lleva el viento, y tus hijos imitarán tus conductas: las buenas y las malas, así que obsérvate todos los días.
3) Practica una comunicación abierta que facilite el intercambio de ideas y el pensamiento crítico de tus hijos.
- Huye de la descalificación, la comparación, los adjetivos subjetivos sobre él/ella.
- Básate en hechos cuando des feedback o regañes. Los hechos son demostrables, las opiniones son eso, opinables.
- Pregúntale sobre sus intereses, motivaciones, etc, y escúchale con atención, buscando para ello espacios y momentos distendidos donde sólo tu hijo/a importe. En esos momentos no habrá ni TV, ni móvil ni distracción alguna. Muéstrale que él/ella es lo más importante para ti en ese instante.
4) Habla de emociones. La educación emocional ha sido tradicionalmente olvidada y hoy vivimos en una sociedad donde “los hombres no lloran” y “las mujeres tienen que hacerse las fuertes”. Somos seres emocionales, todos, tus hijos también. Identificar qué emoción siente tu hijo/a, darle nombre, descubrir qué la ha provocado y para qué sirve, son los primeros pasos para construir un ser humano libre de elegir su respuesta emocional y con una inteligencia social que le será muy útil de adulto.
5) Permite los errores, porque son el resultado de su experimentación. Vivir es probar. Si quieres que tu hijo/a sea un ser autónomo e independiente, déjale que actúe guiado por los valores y límites que le has fijado y si se equivoca (que lo hará, como todos) ayúdale para que con espíritu crítico, analice el error y saque aprendizajes de él.
6) Fomenta su individualidad y potencia sus fortalezas. Él/ella es especial, único y eso es lo que viene a aportar al mundo. Esto le hará que se sienta valioso por sí mismo, no por lo que hace o dejar de hacer y será un pilar sobre el que construirá su imagen personal y autoestima.
7) Celebra sus logros. Tradicionalmente vivimos más en la cultura del castigo que en la de la recompensa. Además de los límites de los que hablaba en el punto 1, sería bueno incorporar la norma de dar estímulos positivos en forma de motivación y también de celebración de lo conseguido.
8) Quiérelo mucho y amplía tus lenguajes del amor. Revisa cómo transmites cariño para estar seguro de que le llega a tu hijo/a. Para ayudarte te dejo un vídeo en donde podrás descubrir las maneras básicas de expresar amor y así desarrollar las que creas más débiles y potenciar las que se te den mejor:
Recuerda, los padres sois los que primero cuidáis y enseñáis a los hijos para que puedan llevar una vida feliz y plena. Gracias padres por todo: el amor, el esfuerzo, la entrega sin espera… Y hoy si me dejas, quiero rendir un pequeño homenaje a mi padre, quien fue para mí un ejemplo y mi maestro en la vida.
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